De la antigüedad a la edad media
El movimiento aparente de los planetas
Los principios de la astronomía
La astronomía en Mesopotamia
La astronomía de Egipto antiguo
La astronomía griega
La astronomía en tierra de Islam
La llegada de la astronomía moderna
Nicolás Copérnico
Tycho Brahe
Johannes Kepler
Galileo Galilei
Isaac Newton
La mecánica celeste
El nacimiento de la astrofísica
Las ondas luminosas
El análisis espectral, la temperatura y la composición química
El análisis espectral, el efecto Doppler y otras aplicaciones
La astronomía de los siglos XX y XXI
Catalejos y telescopios
La alta resolución angular
La radioastronomía
La astronomía en otras longitudes de onda
El movimiento aparente de los planetas
Durante la mayor parte de su historia, desde la antigüedad hasta el siglo XIX,
la astronomía ha estado limitada al estudio del movimiento aparente de los
planetas en el cielo. Antes de abordar esta historia, no es, pues, inútil recordar
algunas nociones sobre los movimientos que animan los cuerpos del sistema solar.
Nuestro sistema está dominado desde todos los puntos de vista por el Sol, que
puede ser considerado como su centro. Esta estrella está acompañada de una
comitiva de ocho planetas: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno,
Urano y Neptuno. Antes del siglo XVIII, solo cinco de entre ellos eran
conocidos: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno —no estando la Tierra
reconocida como un planeta.
Revolución y rotación
Cada planeta gira alrededor del Sol, en un movimiento llamado revolución. En el
caso de la Tierra, este es el período de este movimiento, es decir, la duración
de una vuelta completa, que define un año.
A la revolución en torno al Sol se añade la rotación de cada planeta sobre sí
mismo. El período de esta rotación en la Tierra —24 horas— define la duración de
un día. El principal movimiento aparente de los astros en el cielo se debe a
esta rotación de la Tierra sobre sí misma, y nos da la impresión de que el Sol
gira alrededor de la Tierra durante el día, y que la bóveda estrellada gira en el
curso de la noche.
La rotación aparente de la bóveda celeste por encima del observatorio Gemini
Sud. Esta superposición de imágenes tomadas en un periodo de 4 horas y media
hace claramente aparecer el efecto de la rotación terrestre. Crédito:
Gemini Observatory / AURA
Los movimientos aparentes
Supongamos ahora que se congela el movimiento de rotación de la Tierra. Es,
pues, la revolución de los planetas alrededor del Sol que provoca
desplazamientos aparentes. En efecto, si los planetas se desplazan con relación
al Sol, su posición en nuestro cielo va a cambiar ligeramente en el curso del
tiempo, una deriva observable gracias al fondo fijo constituido por las
estrellas. Éstas aparecen fijas porque se encuentran a distancias enormes y sus
movimientos son indetectables.
Así, por ejemplo, la posición aparente del planeta Marte, con relación al fondo
estrellado, cambia poco a poco, y el planeta parece derivar ligeramente hacia el
este. El caso de Mercurio y Venus es todavía más complicado, porque las órbitas
de estos planetas están en el interior de la de la Tierra. Ambos astros no
pueden entonces encontrarse en cualquier dirección del cielo, sino permanecen
confinados en la proximidad del Sol y parecen oscilar lentamente alrededor de
él.
El movimiento retrógrado
La situación general se vuelve más compleja por el hecho de que la Tierra gira
también alrededor del Sol. Esto da origen a un fenómeno llamado movimiento
retrógrado de los planetas. Para comprenderlo, haga la experiencia siguiente.
Levante un dedo delante de usted y muévalo lentamente hacia la izquierda.
Desplace entonces rápidamente su cabeza en el mismo sentido. Por un efecto de
proyección, su dedo parece desplazarse hacia la derecha.
Esta composición de imágenes separadas por 5 a 7 días desde finales de
octubre de 2011 (arriba a la derecha) hasta principios de julio de 2012 (abajo a
la izquierda), sigue el movimiento retrógrado del planeta rojo, Marte, a través
del cielo nocturno del planeta Tierra. Crédito:
Cenk E. Tezel y
Tunç tezel
Es el mismo fenómeno que explica el movimiento retrógrado de Marte. La mayor
parte del tiempo, este planeta se desplaza hacia el este en el cielo a causa de
su movimiento de revolución. Sin embargo, cuando la Tierra pasa entre él y el
Sol, el desplazamiento más rápido de nuestro planeta crea un efecto de
proyección que nos da la impresión de que el planeta rojo se desplaza en el otro
sentido, hacia el oeste. Esto continúa hasta que la Tierra se aleje y Marte
reanude su progreso normal.
Como veremos más tarde, el movimiento retrógrado de los planetas fue
históricamente el mayor rompecabezas de los astrónomos. |