El medio interestelar
El polvo interestelar
El gas interestelar
La formación de las estrellas
El nacimiento de las estrellas
Las estrellas T Tauri, objetos Herbig-Haro y región HII
La Galaxia
Los primeros estudios de la Vía Láctea
Las Cefeidas y el tamaño de la Vía Láctea
La Galaxia
El centro de la Galaxia
Las estrellas T Tauri, objetos Herbig-Haro y región HII
Las estrellas T Tauri
El nacimiento de las estrellas
da lugar a algunos fenómenos muy espectaculares.
Frecuentemente, la estrella, a punto de alcanzar la secuencia principal, pierde
enormes cantidades de gas en forma de vientos estelares, y puede así expulsar una
buena parte de su masa. El astro es entonces llamado una estrella T Tauri. Esta
etapa se caracteriza por una emisión muy fuerte en el campo infrarrojo, ya que
la radiación visible de la estrella es absorbida y luego reemitida por el
polvo
relativamente frío que la rodea.
Los objetos Herbig-Haro
A menudo, la formación de estrellas está también acompañada de una eyección de
gas en forma de dos chorros diametralmente opuestos. Una explicación posible
para este fenómeno es la presencia alrededor de la estrella de un disco formado
por los residuos de la formación. El gas eyectado por la estrella en el plano
del disco es entonces bloqueado, y es sólo en las direcciones perpendiculares a este
plano que la eyección es eficaz, de ahí la presencia de dos chorros opuestos.
Sobre la trayectoria de los dos chorros, se encuentran a veces pequeñas
concentraciones de gas y polvo. Estas regiones reciben entonces una gran
cantidad de energía y se ponen a brillar. Se les llama objetos Herbig-Haro, y
pueden dar lugar a espléndidas alineaciones de pequeñas nebulosas brillantes a
lo largo de los chorros.
Un ejemplo de objeto Herbig-haro, objeto observado por el telescopio
espacial: HH 32. Crédito:
NASA/STScI
Las regiones HII
Un caso interesante es el de las estrellas más masivas, que sufren un colapso
gravitacional extremadamente rápido y alcanzan, pues, su fase estable muy rápido.
Nacen entonces
estrellas de tipo O o B muy calientes y luminosas. En este
caso, una gran parte de la radiación estelar es muy energética y se sitúa en el
ultravioleta. Esta luz calienta el medio interestelar alrededor de la estrella.
Éste se encuentra esencialmente constituido de hidrógeno ionizado, es decir, de
protones y electrones libres.
Cuando un electrón y un protón libres se encuentran, pueden conseguir asociarse
de nuevo para formar un átomo de hidrógeno. Este fenómeno se acompaña de la
emisión de fotones rojos, y la región que rodea la estrella se pone así a
brillar. El resultado es una espléndida nebulosa llamada región HII. Como
ejemplo, podemos citar a la famosa nebulosa de Orión, visible a simple vista en
la constelación del mismo nombre.
La nebulosa de la flama, en el centro de la imagen, una región de hidrógeno
ionizado por la radiación ultravioleta de la estrella Alnitak que forma parte
del cinturón de Orión en la constelación del mismo nombre. Esta región del
espacio contiene otras numerosas nebulosas en emisión (como la nebulosa de la
cabeza de caballo visible sobre la imagen) que forman juntas la nube o el
complejo de Orión. Crédito:
ESO and Digitized Sky Survey 2
Las estrellas masivas y luminosas que se encuentran dentro de una región HII
constituyen lo que se llama una asociación OB. Generalmente, estas estrellas
están débilmente vinculadas por la gravitación, y se dispersan muy rápidamente.
Una asociación de estrellas tiene, pues, una duración de vida muy corta, en
oposición a un cúmulo que está constituido de estrellas vinculadas por la
gravitación y subsiste mucho más tiempo.
Tengamos en cuenta aún que las estrellas masivas son el origen de fuertes
vientos estelares y de ondas de choque que favorecen la
formación estelar en las
regiones vecinas. |